La práctica del zen
en el dojo de Sevilla Kaiko
La práctica del zen
en el dojo Kaiko de Sevilla
El dojo, la sala del despertar…
El dojo (el lugar donde se practica la vía del zen) debe ser un lugar tranquilo. Ni muy oscuro ni muy luminoso; templado en invierno y fresco en verano. Debe estar limpio y ordenado.
Si es posible, una estatua del Bodhisattva Manjushri o de Buda debe ser situada en un lugar preferente. También se debe colocar una ofrenda de flores y quemar incienso.
Recomendación preliminar…
Le recomendamos acudir a su dojo o grupo de práctica más cercano para recibir en persona las indicaciones para la práctica correcta de zazen, de la mano de un monje o practicante experimentado que le ayudará enormemente en el comienzo de su experiencia
Para la práctica de zazen evite llevar ropa ajustada. Use ropa amplia y cómoda, a ser posible oscura y limpia.
La postura
Colque un zafutón o esterilla y sobre él un zafu, un cojín grueso y redondo, y siéntese en él mirando hacia la pared. Asiéntese sobre los isquiones colocando la base de la columna vertebral en el centro del zafu, de forma que la mitad del zafu queda detrás de sí. Después cruce las piernas en la postura del loto, medio loto o cuarto de loto (recuerde que si tiene alguna dificultad puede consultar al responsable del dojo), dejando que las rodillas apoyen en cualquier caso firmemente en el zafutón.
Para la postura del loto coloque el pie derecho sobre su muslo izquierdo y luego su pie izquierdo sobre su muslo derecho.
Para la postura de medio loto –hankafuza– simplemente coloque el pie izquierdo sobre el muslo derecho, formando entre las rodillas y la base de la clumna un triángulo equilátero, de forma que soporten el peso del cuerpo. Tanto para la postura del loto como para la del medio loto, es posible invertir el orden para cruzar las piernas entre sesión y sesión.
Cuando las rodillas ya están firmemente apoyadas debemos bascular la pelvis hacia delante, a la altura de la quinta vértebra lumbar, empujando las nalgas hacia fuera. El mentón debe estar recogido y la nuca estirada, como si quisiera tocar el techo. Las orejas deben estar en una líne (imaginaria) paralela con los hombros que caen naturalmente y la nariz alineada con el ombligo.
La mano izquierda, con la palma hacia arriba, se coloca sobre la palma de la mano derecha y ambas se colocan perpendicularmente contra la parte baja del abdómen, justo bajo el ombligo y con los pulgares tocandose ligeramente.
Durante la práctica de zazen la boca permanece cerrada, colocando la lengua contra el paladar, justo detrás de los dientes.
Los ojos se mantienen ligeramente abiertos, con la mirada hacia abajo en un ángulo de unos 45 grados, si fijarnos en nada particular.
La actitud de la mente
De la misma manera que la respiración adecuada sólo puede surgir de una postura correcta, la actitud del espíritu se deriva naturalmente de una profunda concentración sobre la postura y sobre la respiración.
A la actitud de la mente durante la práctica de zazen se la llama conciencia (Kankusoku) «sin meta».
No nos concentramos sobre
ningún objeto en particular
y tampoco intentamos controlar los pensamientos.
Si se adopta una postura correcta
y se deja que la respiración
se normalice, la mente se
tranquiliza naturalmente.
Cuando surgen pensamientos en nuestra mente no nos concentramos en ellos ni luchamos contra ellos; ni los buscamos ni tratamos de escapar de ellos. Dejamos que los pensamientos fluyan, permitiéndoles aparecer y desaparecer libremente.
Lo esencial al practicar zazen es tomar conciencia (Kakusoku) de la distracción y del adormecimiento y regresar a la postura correcta al momento.
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La respiración
Durante zazen la respiración debe ser completa: kanki-issoku, exhalación completa e inspiración.
Debemos inspirar profundamente y silenciosamente una vez. Abrir ligeramente la boca y espirar suave y lentamente. Cerramos la boca y continuamos respirando por la nariz normalmente. A esta forma de respirar se la conoce como kanki-issoku.
Durante zazen el ritmo respiratorio y el ritmo cardíaco se reducen; la sangre y los órganos internos están mejor oxigenados. Esta aspiración, que ejerce un empuje hacia abajo sobre toda la masa abdominal, provoca un masaje interno y desarrolla una gran energía a nivel de la cintura, de los riñones y de las cadera. El que practica zazen luego puede mantener esta respiración durante la vida cotidiana ya que el cuerpo termina por adoptarla inconscientemente.
Los Maestros comparan a menudo la respiración Zen con el mugido de una vaca o con la espiración de un niño que grita al nacer. La inspiración corta y la espiración larga y potente son signo de fuerza y vitalidad. Si la respiración en buena todo en la vida se vuelve fácil. Y como el cuerpo y el espíritu están unidos, una respiración profunda barre las complicaciones de la mente.
Kinhin
Kinhin es un tipo de meditación que ser realiza caminando, entre periodos de zazen.
Cuando practique kinhin, camine en el sentido de las agujas del reloj, alrededor de la sala y manteniendo las manos en posición de shassu (tal y como puede apreciar en la imagen superior).
Debe tener en cuenta
que de la cintura hacia arriba de su cuerpo
la postura debe ser similar
a la postura de zazen.
Dé el primer paso con el pie derecho. Avance dando sólo medio paso y acompañando a cada inspiración, depositando el peso en el pie adelantado al espirar.
Camine suave y lentamente, como si estuviera de pie en un mismo sitio. No arrastre los pies ni haga ruido. Camine hacia delante y, cuando deba volverse, gire siempre hacia la derecha.
La palabra kinhin significa «ir recto». Cuando termine el kinhin, deténgase e inclínese. Camine a un ritmo normal alrededor de la sala hasta regresar a su zafu.
La ceremonia
El zen se ha transmitido a lo largo de los siglos, pasando de país en país y de cultura en cultura preservando y protegiendo siempre lo esencial. A la misma vez ha sido capaz de adaptarse a los lugares y a los tiempos. Las ceremonias se han protegido y mantenido, aunque con toda seguridad han ido cambiando en su forma y cambiarán de nuevo en el futuro.
Los que nos acercamos a la práctica del zen desde la cultura cristiana mantenemos unas importantes reticencias en relación con las ceremonias. Sin embargo, maestro Deshimaru dijo:
«Las ceremonias tienen una profunda incluencia sobre la conciencia. La forma del rito no es importante, pero a través de él puedo educar profundamente el espíritu de mis discípulos».
La concentración en los gestos, la concentración en la espiración durante la recitación de los sutras, la concentración en el sonido del canto de los que nos acompañan en la ceremonia; Raphaël dice a menudo: «No hay que escuchar la propia voz sino la de los demás, la grande, profunda y firme voz de la sangha». Todo esto permite que nuestra consciencia cambie al tiempo que armoniza profundamente a la sangha.
Los Sutras (traducidos) que recitamos juntos en el dojo zen de Sevilla
Meditación zen en Sevilla
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